La tentación de romper el silencio


Por siglos la tentación ha sido una palabra unida intrínsecamente al pecado, el sentimiento de la tentación es casi digno de un exorcismo, para algunos que lo ligan con la infidelidad, el robo etc., en fin con la maldad, pero ¿qué es la tentación?


La tentación es simplemente el deseo, el deseo profundo y quemante de hacer algo, lo que sea, cualquier cosa prohibida o permitida aunque para ser sincero es más tentativo lo prohibido, lo que nadie puede hacer o lo que nadie se ha atrevido a hacer.


Ya hace unos años caí en la tentación de ser periodista algo que para muchos es casi prohibido y hasta un pecado mortal,más en un país pequeño, en donde para empezar esta labor es poco reconocida y además donde no hay trabajo.


Pero la tentación precisamente es esa, la de entrar en un espacio pequeño y cerrado donde todo parece estar inventado, donde la información más que un derecho es un negocio que manejan unos pocos. El deseo de decir cosas más importantes que chismes faranduleros y hablar de toros en el noticiero de medio día cuando el mundo se cae a pedazos.


La tentación está latente y cada vez los deseos son más, pero mis pensamientos se calman cuando miro a mi alrededor y especialmente la blogósfera, ahí me doy cuenta que no soy el único tentado a romper con el aburrido círculo de los medios tradicionales que nos dan siempre de lo mismo y que convierten esta profesión en un circo barato.


Es precisamente en medio de esta blogósfera en donde casi todos los días safisfago la tentación de romper el silencio.

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